No sé si alguno de vosotros recordará aquel mítico partido de cuartos de final de la Liga de Campeones en Old Trafford, en la temporada 99/00, que enfrentó al Manchester United con el Real Madrid. Aquél partido supondría el pase a semifinales para los blancos y la consecución de su octava Liga de Campeones en una final con acento español, disputada frente al Valencia.
En aquel encuentro hubo un jugador, una jugada, que permanecerá en el recuerdo de todos. Fernando Redondo se hizo un autopase de tacón bajo las piernas del noruego Hennng Berg y dio un pase de gol a Raúl que convirtió el tercer gol del Madrid en una eliminatoria que terminó 3-2 para los españoles.
Será, posiblemente, la actuación por la que siempre se recordará a este mediocentro argentino. De hecho, después de aquel partido, Alex Ferguson preguntó qué tenía ese jugador en las botas, ¿imanes? Los tenía.
Desde que Jorge Valdano se lo trajese de Argentina para jugar en el Tenerife, donde jugó cuatro temporadas, Fernando Redondo aterrizó, también de la mano de Valdano, en el Real Madrid, equipo al que previamente ya le había robado dos Ligas jugando en el conjunto canario.
En el Real Madrid logró dos veces la Liga, en la 94/95 (donde casi no jugó por lesión) y en la 96/97; y dos veces la Champions League (97/98 y 99/00).
Tras dejar maravillado Old Trafford, el argentino fue uno de los jugadores clave en la victoria de los merengues en la final de Saint Denise l 24 de mayo de aquel año. Esa octava Champions merengue le supuso ser nombrado el jugador más valioso de la competición, pero también significó el fin de carrera con el club de la capital española. Luego fue traspasado al Milan, donde las lesiones de rodilla le jugaron muy malas pasadas, hasta que le hicieron colgar las botas en 2004. Previamente había logrado una Copa América y una Confederaciones con la camiseta argentina, que sudó hasta en 29 ocasiones, no sin polémica, ya que se rumoreaba que Daniel
Passarella no lo convocaba por no cortarse esa melena tan característica que tenía y que dicen, Guti copió cuando subió al primer equipo.
Fernando Redondo no tuvo suerte con las lesiones, de lo contrario, su nombre sería hoy más recordado de lo que es. Pero el considerado mejor '5' argentino de la historia tenía magia en los pies. Cuando el balón le llegaba, no había jugador capaz de quitárselo. Fusionaba la bola con las botas, la mareaba, la mimaba y cuando ya había desquiciado al rival, entonces la soltaba.
Poseían sus piernas una habilidad única; tenía en el corazón una garra incontestable. Era el dueño del centro del campo. A él llegaban todos los balones, de él salían todas las jugadas. Nunca el Real Madrid ha tenido otro como él. Era de esos jugadores que enamoraban jugando, de esos que elogiaba el más directo rival.
Fernando hacía bella cada jugada, elegante cada pase y único y maravilloso cada regate. Le llamaban "el príncipe del Madrid" y aunque hubo y hay candidatos, su trono aún no ha tenido el heredero apropiado.
Aquí os dejo aquella maravilla que nos dejó en Old Trafford en aquellos cuartos de Champions. Disfrutadla. Fue única. http://www.youtube.com/watch?v=knZ0zwU2oic
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